Provisión Sobrenatural
Para ser transparente contigo, el área de las finanzas en mi vida aquí en los Estados Unidos ha tenido sus subidas y bajadas, por lo general, relacionadas con la economía del momento, después de determinados eventos sucedidos en el país, otras relacionadas con momentos de giro, de transición o refinamiento a nivel personal. Y hoy, debido a la situación global.
En esos momentos difíciles, siempre me he preguntado, ¿cómo he podido vivir sin El, sin una relación con El durante tantos años? Su Amor, Su Paz, Su Provisión, Su Protección, Su Misericordia, son tan reales en mi vida hoy… ¿Cómo hice sin Su Palabra que ejecuta lo que ha sido enviada a hacer y que no regresa vacía porque cumple su misión?
“Cuando estaba embarazada de Jacques, mi primer hijo, estaba en América con visa de estudiante. Ya había aplicado para la residencia, pero los papeles todavía no habían sido aprobados. Durante mi embarazo, los profesionales me decían que sin seguro médico y sin estatus de residente, iba a tener que pagar la factura del hospital, unos $10,000.”
Pues ésa era una cantidad que estaba totalmente fuera de mi alcance. Como humanos, siempre queremos entenderlo todo y estar en control de las cosas. ¡Pero qué agradecida estoy con la realidad de que El tiene Su propio estilo, Su propia manera de hacer las cosas! Algo dentro de mí hizo que activara mi fe en El que todo lo puede. No sabía cómo Dios iba a intervenir en el asunto, pero tenía esa certeza de que El iba a responder, aunque no pudiera ver la solución al problema del dinero con mis propios ojos en ese instante.
Inmediatamente mi lógica se activó con pensamientos basados en el hecho de que no era residente y en qué podría hacer al respecto el hombre latino?
Encima, mi esposo cogió los papeles y me los dio para que los rellenara (siempre he hecho yo los papeles en el negocio). Pero:“Excuse me?” Pensé otra vez. “¿No podría Roberto haber hecho el esfuerzo de rellenarlos esta vez?”
Recuerdo empezar a rellenar los papeles con un poco de actitud y de cansancio. Y mientras escribía, vi mis pensamientos empezar a enfocarse en El que todo lo puede.
“Pues así fue cómo Dios escogió proveer por mí. No sé cómo lo hizo. No sé los detalles. Lo que sé es que la factura fue pagada en su totalidad. No salió ni un centavo de nuestro bolsillo. ¡Qué bendición y qué provisión tan sobrenatural!”
A veces pienso en el momento, en el tiempo específico en que ese hombre entró en la habitación. Lo hubiera podido ignorar con la excusa de que acababa de dar a luz. Lo hubiera podido ignorar por lo que los profesionales habían dicho de que no daban ayuda económica a los que no fueran residentes. Lo hubiera podido ignorar por la actitud hacia mi marido, quien nada más me pasó los papeles. O hubiera podido decidir rellenarlos otro día, cuando otra persona se hubiera encargado de los papeles, obteniendo un resultado probablemente distinto.
Dios creó ese momento específico, usó a ese hombre en particular y yo tomé acción en ese instante creado. Es lo que la Biblia llama “FE ACTUANDO JUNTO CON SUS OBRAS”. Es decir, fe en acción. [Santiago 2:22]
Cuando empecé a contar a personas lo que Dios había hecho por mí, algunas contestaron: ¡Qué suerte!” Sin embargo suerte no tuvo nada que ver en el asunto. Dios se mostró real en mi situación. Cambió algo que en lo natural parecía imposible y trajo Su provisión sobrenatural.
Dios proveyó en esa ocasión y lo volvería hacer una y otra vez a través de los años. El intervino a nuestro favor en numerosas circunstancias en las que humanamente no podíamos hacer nada. Solo depender de El.
¡Qué agradecida que estoy con El! ¡Qué agradecida de que El es mi Padre Celestial!
“Y en medio de las circunstancias de hoy, en medio del ritmo interrumpido de nuestras vidas, donde los ingresos también reflejan esa interrupción, yo tengo fe de que El lo hará otra vez.
Puede que no entiendas mucho lo que es tener fe, o cómo depender de El, o cómo confiar en El en todas las áreas de tu vida. Mas quiero animarte a que quieras aprender.”
Hay un capítulo bien conocido en la Biblia que se enfoca en la fe. Te voy a leer algunos versículos. Se encuentra en Hebreos 11.
1 Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver.
2 Dios aceptó a nuestros antepasados porque ellos confiaron en Él.
3 Y nosotros creemos que Dios creó el universo con una sola orden suya. Lo que ahora vemos fue hecho de cosas que no podían verse.
7 Noé confió en Dios y, por eso, cuando Dios le avisó que sucederían cosas que todavía no podían verse, obedeció y construyó una casa flotante para salvar a su familia. Por su confianza en Dios, Noé recibió las bendiciones que Dios da a todos los que lo obedecen…
8 Abraham confió en Dios, y por eso obedeció cuando Dios le ordenó que saliera de su tierra para ir al país que le daría, aun cuando no sabía hacia dónde iba.
9 Abraham confió tanto en Dios que vivió como un extranjero en el país que Dios le había prometido. Vivió en tiendas de campaña, igual que Isaac y Jacob, a quienes Dios también les había prometido ese país…
11 Abraham confió en Dios y, por eso, aunque su esposa Sara no podía tener hijos y él era ya muy viejo, Dios le dio fuerzas para tener un hijo. Y es que Abraham confió en que Dios cumpliría Su promesa.
32 ¿Qué más les puedo decir? No me alcanzaría el tiempo para hablarles de la confianza en Dios de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel y de los profetas.
33 Ellos confiaron en Dios, y por eso conquistaron países; y como actuaron con justicia, recibieron lo que Dios les había prometido.
Sí, Dios lo hará otra vez. Te animo a vivir por fe en El. Te está esperando con anhelo. ¡Shalom!