¿Pasión o Destino?

¿Pasión o Destino?

Hay una frase dicha por personas que han conseguido cierto nivel de éxito o por personas que enseñan a otros cómo tener éxito en la vida, que me molesta y en este podcast exploraremos el por qué.

La frase dice algo así: “Para tener éxito en la vida tienes que hacer lo que te gusta. Encuentra tu pasión y lánzate.” A primera vista tiene sentido. Si vas a hacer algo durante gran parte de tu vida, más vale que te guste y que disfrutes haciéndolo. Pero entonces, ¿por qué me molesta tanto esta frase? Si pasión es lo que se necesita, si hacer lo que te gusta es parte de la fórmula que te lleva al éxito, ¿cómo es que muchos, aún con éxito, en términos de fama, dinero y poder, todavía se sienten vacíos, sienten que les falta algo? Si pasión es un elemento primordial, ¿cómo es que muchos empiezan con algo por lo que sienten pasión y en cuanto el viento se levanta y causa olas, el sueño se acaba? 

Aún si añadimos a la fórmula otros elementos como tener una meta, tener disciplina y determinación, ser fuerte y no tirar la toalla, muchos no logran cumplir sus sueños.
Incluso tú, puede que hayas tratado de hacer algo que te fascina y te has lanzado con gran pasión pero no te ha dado resultado o al menos no el resultado que querías.​

Entonces, sinceramente, para mí, la respuesta es simple: El enfoque no es la pasión, es el destino. ¿Cuándo fue la última vez que te preguntaste cuál es el motivo de tu existencia? ¿Para qué fuiste creado/creada? ¿Qué impacto tiene lo que tú haces en la vida de otros? ¿Cómo sirves a otros? Y más importante todavía, ¿cómo sirves a Dios con todos los talentos que te ha dado?

¿Has oído hablar alguna vez de James o Jim Irwin? Jim fue el octavo astronauta que caminó en la luna. Desde niño soñaba con ir a la luna y lo consiguió. Sin embargo, después de tal éxito, Jim dijo las siguientes frases: “Siento que el Señor me envió a la luna para que pudiera volver a la tierra y compartir a su Hijo…Jesús caminando sobre la tierra es más importante que el hombre caminando en la luna”. Cierro la cita. A Jim le impactó ver la tierra en el espacio hacerse más y más pequeña a medida que se alejaban de ella. Le pareció muy delicada, y del tamaño de una pelota de golf. En ese instante se dijo a sí mismo que si Dios amaba este pequeño planeta llamado tierra hasta el punto de enviar a Su Hijo a ella, que Jim regresaría a ella y dedicaría su vida al ministerio. A partir de ese momento, llevaría en su bolsillo siempre una pelota de golf para recordar esa perspectiva. Regresó del vuelo a la luna con un profundo sentido de responsabilidad ante toda la humanidad de compartir lo que Dios significaba para él en su vida.

Jim Irwin

El encuentro con Dios que tuvo Jim en el espacio y la transformación que causó en su corazón me hace pensar en el encuentro con el poder de Jesús de otra persona, esta vez en la Biblia. Una gran parte del Nuevo Pacto o Testamento fue escrita por Pablo. Lo interesante es que Pablo no empezó como discípulo de Jesús. Al contrario, empezó como fariseo de estatus muy elevado (sus credenciales habrían impresionado al judío más devoto) fariseo persiguiendo, encarcelando, e incluso matando a aquellas personas que siguieran las enseñanzas de Jesús. Y en una de esas persecuciones, Jesús mismo, ya resucitado, apareció ante Pablo. El impacto de tal encuentro transformó la pasión de perseguir a los creyentes en Jesús en poder ver y recibir el destino que Dios había preparado para él: Dar a conocer a Jesús al mundo, sobre todo a los que no eran judíos, a los gentiles.

Pablo mismo escribió lo siguiente en Filipenses 3:8:

“Considero como pérdida todas las cosas, en comparación con lo incomparable que es conocer a Cristo Jesús mi Señor. Por su causa lo he perdido todo y lo tengo por basura a fin de ganar a Cristo.”

PABLO TIENE EL ENCUENTRO CON YESHUA (jesus)

Uau, “basura”, todos sus logros y pasiones, “basura” cuando es comparado con tener a Jesús, a Yeshua, en su corazón como el Mesías, el Salvador. Pablo quiso, no solamente correr la carrera, pero terminarla sabiendo que lo hizo cumpliendo el destino de Dios para su vida.

Entonces, ¿es pasión o es destino? En el caso de Jim, durante los siguientes 20 años después de ir a la luna, viajó con su familia y compartió un mensaje de esperanza, animando a otros a dar un salto de fe. Dios hizo realidad un sueño, una pasión de Jim con el fin de mostrarle su destino y abrirle las puertas a las naciones con el propósito de dar a conocer a Jesús. Ese era su destino.

En el caso de Pablo, él pensó que su pasión por las cosas de Dios, o mejor dicho, su perspectiva por las cosas de Dios era su destino: Defender a toda costa lo que él consideraba verdad, y esa verdad no incluía a Jesús. Pero un solo encuentro con Él fue todo lo que tomó para rectificar su pasión que iba en dirección totalmente contraria y colocarla en el camino a su destino.

Yo creo que ambas historias reflejan que sin ese momento donde Dios le revela o le muestra a uno el motivo por el cual ha sido creado, el motivo por el cual ha sido puesto en la tierra, es imposible hacer la voluntad de Dios en nuestras vidas. Y es justamente el destino de Dios para nuestras vidas el que nos da éxito.

Si ahora mismo te estás preguntando cómo saber exactamente eso, ¿cómo saber cuál es tu destino, para qué has sido llamado/llamada? ¿Cómo saber si estás usando la pasión correcta, en la dirección correcta? ¿Cómo saber cuáles son tus dones o tus talentos y cómo usarlos para impactar el Reino de Dios? Pues creo que lo más importante es saber que el ser humano fue creado para alabar al Señor y darle gloria. Cuanto más conocemos a nuestro Creador mejor comprendemos quiénes somos y cuál es nuestro destino. Dios tiene planes y propósitos únicos para cada persona, y qué maravillosa es la aventura de poder caminar junto a Él y descubrirlos.
EL REY DAVID Y SU ARPA

En la Biblia, en los Salmos, podemos leer cómo David levantaba alabanzas a Dios constantemente. Mira por ejemplo lo que dice en el Salmo 139. Leeré algunos versículos saltados.

“1 Dios mío, tú me conoces muy bien; ¡sabes todo acerca de mí!

4 Todavía no he dicho nada, y tú ya sabes qué diré.

6 ¡Yo no alcanzo a comprender tu admirable conocimiento! ¡Queda fuera de mi alcance! 

13 Dios mío, tú fuiste quien me formó en el vientre de mi madre. Tú fuiste quien formó cada parte de mi cuerpo.

14 Soy una creación maravillosa, y por eso te doy gracias.
Todo lo que haces es maravilloso, ¡de eso estoy bien seguro!

Te animo. Continúa acercándote a Él. Los planes que tiene para ti son buenos y te los mostrará. Sí, somos una creación maravillosa, y por eso yo le doy gracias. Cuánto más le conozco más entiendo mi destino, y por eso yo le doy gracias. No sé tú, pero tengo ganas de cantarle y alabarle, así que lo voy a hacer. Shalom!
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