Shalom! Gracias por escuchar otro episodio de Sonido de Victoria basado en Israel para poder entender correctamente el conflicto actual en el Medio Oriente. En el episodio anterior estuvimos hablando sobre Abraham y sus dos hijos, Isaac e Ismael. No podemos entrar en profundidad en un audio de menos de 30 minutos, pero pudimos ver el principio del conflicto entre ambos pueblos, el judío y el árabe.

Hay que recordar que en la Biblia, los árabes se refieren a los nómadas que viven en los desiertos de Arabia, especialmente en la parte noroeste. Como leímos en Génesis 21, Ismael habitó en el desierto de Parán. De Ismael nacería la tribu árabe mencionada en la Biblia como los ismaelitas. La Biblia menciona también otras tribus árabes, a demás de los ismaelitas, como los amalecitas, madianitas, cadmoneos, y otros. Puedes aprender más sobre los árabes en la Biblia en 1 Crónicas capítulo 1 o en Génesis 10, donde aparecen “las familias de los hijos de Noé por sus descendencias y naciones. De ellos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.” (Gen. 10:32)
A nosotros esos nombres nos pueden sonar extraños o irrelevantes. Sin embargo, no son insignificantes. Nos ayudan a entender y a conectar muchos puntos, no solamente en el texto bíblico pero también en el mundo moderno, como veremos dentro de un momento. Yo por ejemplo, he leído cantidad de veces la historia de José, y sin embargo, durante mucho tiempo se me pasó el detalle de los nombres de las tribus involucradas en el evento. En Génesis 37, leemos un incidente que involucró a estos dos pueblos. Leemos cuando José, el hijo favorito de Jacob, fue vendido por sus hermanos a los comerciantes árabes. El versículo 28 dice: “Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.” Son mencionados aquí a los madianitas y a los ismaelitas. El día que vi ese detalle, me quedé con la boca abierta. Imagínate lo que están diciendo esas líneas…La descendencia de los dos hijos de Abraham, años después se encuentran en este momento: José, el bisnieto de Abraham es vendido a descendientes del otro hijo de Abraham. Es fuerte, ¿no?

Para pasar al tema de este audio, ¿A quién le pertenece la tierra?, revisaremos algo más que vimos en el episodio anterior sobre el pacto que Dios hizo con Abram, en Génesis 15, un pacto que incluye una promesa en relación a una tierra. Dios dijo: “18—A tus descendientes daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río, el Éufrates. 19 Me refiero a la tierra de los quenitas, los quenizitas, los cadmoneos, 20 los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.”

Pensemos un momento en el tema de las promesas de Dios. Creo que es importante establecer la gran diferencia que hay entre Dios y el ser humano. Basta con que pienses en quién te prometió algo y rompió esa promesa. O cuántas veces tú has prometido algo y no lo has cumplido. Menos mal que Dios no es así. Menos mal que “todas las promesas de Dios son en Él Sí, y en Él Amén. El siempre cumple lo que promete cada vez que lo promete. De no ser así, no podríamos contar con lo que dice.

Si a Abram le dice algo y se lo cumple a medias, entonces, ¿cómo podemos, por ejemplo, confiar en que la promesa de la vida eterna a través de Su hijo Jesús, Yeshua, es real? Aquí tenemos una promesa bien clara hecha a Abram y toda su descendencia: Dios le promete una tierra en específico. Pero no solamente le hace esa promesa a Abram, se la repite a su hijo, Isaac, y después a uno de los hijos de Isaac, Jacob. Y ahí no acaba el asunto. Dios en Su Palabra repetidamente asegura una cosa: El pueblo de Israel va a pasar mucho tiempo fuera de esa tierra prometida, y no solamente una vez, pero varias veces…Pero Dios promete que les regresará a la tierra que les pertenece.

Y si eso no fuera suficiente, me gustaría que pensáramos en lo siguiente: ¿Quién está dando la tierra a Abraham, Isaac y Jacob? Dios. Sabemos que del Señor es la tierra y cuanto la llena, el mundo y quienes lo habitan. En otras palabras, ¿quién tiene el registro de propiedad? Dios lo tiene. Es suyo y Él lo da. Si te fijas, Él especifica que ya hay tribus habitando esa tierra. Dios dice: “19 Me refiero a la tierra de los quenitas, los quenizitas, los cadmoneos, 20 los hititas, los ferezeos, los refaítas, 21 los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos.” Pero todas esas tribus no tienen el registro de propiedad. Dios lo tiene. Y Él, en Su Soberanía y como propietario, decide que el territorio es para Su Pueblo escogido. Punto.

Aquí voy a hacer una pausa para explicar un problema que lleva años sucediendo en España en relación a viviendas, propiedades, que considero que nos ayudará a entender un poco mejor nuestro tema de hoy, “¿A quién le pertenece la tierra?”. Resulta que en España, ante una crisis inmobiliaria, el gobierno empezó a tomar medidas que han resultado mostrar falta de regulación y eso ha creado un grave problema. Por un lado habían muchas casas vacías que los bancos iban recuperando por falta de pago. Por otro lado habían personas que no encontraban dónde vivir. La pandemia aumentó la crisis, pues muchos al no poder trabajar, no podían pagar los alquileres o las hipotecas. Y entre que el gobierno no supo llevarlo y que muchos se aprovecharon de la situación, el panorama es complicado y el siguiente: Gente sin vivienda empezó a entrar a casas vacías para vivir en ellas. Al principio era en casas vacías propiedad de los bancos, pero después pasó a ser en casas vacías de ciudadanos que bien se iban de vacaciones, o tenían una segunda propiedad y parte del año estaba sin habitar, etc… A éstos, se añadieron los inquilinos, los que alquilan y no quieren pagar…Porque en estos conflictos con propietarios ciudadanos, el que ocupa la vivienda ilegalmente, llamado “okupa”, tiene más derechos que el propio dueño de la vivienda. Hasta tal punto que los dueños no pueden ni cortar la luz ni el agua, no pueden cambiar las cerraduras, y mucho menos tomar acción para echar al okupa de su propiedad, pues pudieran cometer delitos contra el okupa e ir a la cárcel. Los dueños solamente pueden recurrir a la justicia aún sabiendo que pueden pasar años antes de que se resuelvan los casos y tengan acceso a sus propiedades, aún cuando esa propiedad es donde ellos mismos viven, simplemente habían estado desocupadas, por la razón que fuera, por una temporada cuando el okupa entró. Mientras tanto, a veces el okupa puede justificar o tener prueba suficiente de que la casa en la que está es su morada, su domicilio, simplemente encargando una pizza días antes de ocupar la vivienda. Y eso es suficiente para que el okupa sea considerado estar en posesión de la casa. A ver, justificar un domicilio, la dirección donde vives, no tiene nada que ver con tener el registro de propiedad. Para mí esto no tiene ningún sentido. Es totalmente absurdo…Es lo que la Biblia dice: ¡Ay de los que llaman bien al mal y mal al bien, que hacen luz de la tiniebla y tiniebla de la luz, toman lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!

Pues volviendo ahora a Israel, tenemos un problema de propiedad, o eso dicen, porque así como en el caso del propietario y el okupa en España, el que es dueño de la propiedad es dueño de ella y punto. ¿Qué tiene que venir a hacer o decir el gobierno o terceras personas o criminales sobre el asunto? Sobre la tierra de Israel, yo preguntaría, ¿realmente hay un problema de propiedad? Los hay que dicen que la tierra no es de los israelitas porque han estado fuera de ella mucho tiempo. Los hay que dicen que los tiempos bíblicos ya pasaron y que no se aplica a la vida moderna. Los hay que dicen que la tierra de Israel no les pertenece ya porque ellos mataron a Jesús y Dios los desheredó. Los hay que dicen que los israelitas están “ocupando” territorio palestino y que deben marcharse…Y como justamente este último punto tiene mucho que ver con el conflicto actual en Medio Oriente, nos enfocaremos un momento en esto.

Estaba escuchando a un historiador, investigador, y también colaborador de la Agencia Informativa llamada “Enlace Judío”, sobre el Conflicto en Medio Oriente. Su nombre es Irving Gatell. Me gustaría compartir contigo lo que él explicó en un vídeo de TikTok publicado el mismo día del ataque terrorista de Hamas en Israel porque considero que resumen bastante bien uno de los puntos de nuestro tema de hoy.

Irving estaba contestando la pregunta: ¿Existe la ocupación israelí de territorios palestinos? Su respuesta es no. Irving dice así: “Les explico por qué todo esto de la ocupación israelí de los territorios palestinos es una mentira. Y eso es importante porque ésa es la mentira sobre la cual se está tratando de justificar los sanguinarios, despreciables ataques terroristas que Hamas cometió este día contra la población israelí. Israel no tiene ocupado Palestina. Palestina no puede ser un territorio ocupado porque Palestina nunca existió como territorio soberano. Palestina primero fue una provincia del Imperio Romano, y antes se llamaba Judea. Fue el emperador Adriano quien decide cambiarle el nombre; le pone Palestina. Luego fue una provincia del Imperio Romano de Oriente, luego del Imperio Bizantino, luego de diversos Califatos Árabes, luego de los Reinos Cruzados, otra vez de Califatos Árabes, luego del Imperio Otomano, del Imperio Turco de aquel entonces. Luego, del Imperio Británico. Y en 1948 se independiza por primera vez desde el año 63 antes de la era común, y pasa a ser llamada Israel. Entonces, Palestina, un ficticio país de árabes palestinos nunca existió como reino autónomo. Segundo punto, ¿sabes a quien les llamaban palestinos todavía hasta los años 50 del siglo XX? A los judíos, porque los palestinos históricos durante toda esta etapa que te hablé desde los tiempos del Imperio Romano, ¿quienes vivieron en la provincia de Palestina? Principalmente judíos. Esto de que los judíos fueron exiliados y salieron y estuvieron 2.000 años fuera, y pues ya la perdieron, y llegaron…Eso es mentira. Cualquiera que se ponga a estudiar historia de la región, historia de la demografía de la región, podrá corroborar que durante todo ese tiempo siempre hubo judíos viviendo allí. Entonces, que no te vengan a engañar con que sea un territorio que estaba lleno de palestinos, que aparte tenían sus tierras, y eran dueños de su propio lugar, y los judío se los llegaron a quitar…Falso…Los árabes que vivían allí, que nada más les llamaban “árabes” eran súbditos, si no del Imperio Otomano, del Imperio Británico, o de los imperios anteriores. No eran dueños de absolutamente nada. Los judíos que llegaron a vivir ahí, y que sí, habían judíos que allí seguían, pero llegaron muchos judíos a vivir allí, en diferentes oleadas entre la segunda mitad casi finales del siglo 19 y las primeras décadas del siglo XX, llegaron comprando los territorios, comprando los lugares, comprando las casas, comprando las granjas, comprando arena del desierto. Se la compraban al Imperio Otomano, y allí están los documentos que abalan que esos terrenos fueron vendidos por el Imperio Otomano. Entonces no me vengan con pavadas, no estamos hablando de una ocupación violenta que despojara a gente…Se les vendió el terreno. Cuando la ONU decide dividir todo eso, el plan de partición de la ONU es simple y sencillamente concederle las partes donde vivían judíos a los judíos, y las partes donde vivían árabes, a los árabes. Y las partes vacías, repartirlas por la mitad, repartirlas por partes iguales. Los árabes no aceptaron. Entonces, nunca ha existido una ocupación de territorio palestino por parte de Israel. Cuando los palestinos o los pro-palestinos te hablan de que hay que poner un alto a la ocupación, de lo que están hablando es de destruir Israel, porque ellos en su ficción, consideran que todo el territorio es la Palestina ocupada. Si la gente que te habla de esto no tiene las agallas para decírtelo cómo es, pregúntale, cuestiónalo y vas a ver que no va a tardar en decir que sí, que efectivamente el objetivo es destruir Israel. Eso es terrorismo. Y por favor, más que nada, aprende esta lección: No porque sean los pobres, no porque sean los débiles, no porque sean los que tienen la desventaja tienen la razón. También entre pobres, entre débiles, y entre gente con desventaja puede haber criminales, puede haber terroristas, y Hamas es un grupo que se dedica a eso, que tiene como único objetivo la destrucción de Israel, que no le interesa la negociación, y que este día ha cometido un crimen imperdonable y tendrá que pagar las consecuencias les guste o no. Saludos.” Cierro cita.

Pues creo que cubrió mucha información en tan solo unos minutos. Una de las cosas mencionadas por el historiador que me llamó la atención fue cuando habló de que en las diferentes oleadas de judíos que llegaron a Israel compraron territorios, granjas, casas, etc. Porque me hizo recordar varios momentos en la Biblia donde vemos que personajes importantes hacen exactamente lo mismo.

La tierra donde se construyó el Santo Templo Judío en Jerusalén fue comprada por el rey David aproximadamente 850 años antes de Cristo. La escritura, el nombre del propietario anterior y el precio de compra se registraron en la Biblia en 2 Samuel 24. Todo empezó cuando el Rey David hizo algo incorrecto a los ojos de Dios y Dios mandó una plaga en contra de Su Pueblo y David recibió instrucciones específicas para parar esa plaga.

Leamos el relato en los versículos del 17 al 25 (Reina Valera Actualizada):​

“17 Y cuando David vio al ángel que hería al pueblo, dijo al SEÑOR: —He aquí, yo he pecado; yo he actuado perversamente. Pero estas ovejas, ¿qué han hecho? Por favor, sea tu mano contra mí y contra mi casa paterna. 18 Aquel día Gad fue a David y le dijo: —Sube y erige un altar al SEÑOR en la era de Arauna el jebuseo. 19 David subió, conforme a la palabra de Gad que el SEÑOR le había mandado. 20 Arauna miró y vio al rey y a sus servidores que venían hacia él. Arauna salió y se postró ante el rey con el rostro en tierra. 21 Y Arauna preguntó: —¿Por qué viene mi señor el rey a su siervo? David respondió: —Para comprarte la era y edificar un altar al SEÑOR, a fin de que cese la epidemia en el pueblo. 22 Arauna respondió a David: —Tómela y ofrezca mi señor el rey lo que le parezca bien. Mira los bueyes para el holocausto, y los trillos y yugos de los bueyes para leña. 23 Todo, oh rey, se lo da Arauna al rey. —Dijo además Arauna al rey—: ¡Que Dios te acepte! 24 Pero el rey respondió a Arauna: —No, sino que por su precio te lo compraré, porque no ofreceré al SEÑOR mi Dios holocaustos que no me cuesten nada. Entonces David compró la era y los bueyes por quinientos cincuenta gramos de plata. 25 David edificó allí un altar al SEÑOR, y ofreció holocaustos y sacrificios de paz. Así el SEÑOR atendió las súplicas en favor de la tierra, y cesó la epidemia en Israel.” El rey David compró esa tierra bajo la instrucción de Dios, y fue en ese lugar donde se construyó el primer templo (en el Monte Moriá/Moriah). Y después, el segundo. Y hoy, la Cúpula de la Roca se encuentra en su lugar. Hoy en día, los musulmanes en Israel afirman ser dueños del Monte del Templo, el sitio del Santo Templo Judío en Jerusalén. Afirman que es su lugar sagrado, provocando aún más conflictos entre ambos pueblos. ¿Pero qué dice Dios sobre la tierra que prometió a Abraham, Isaac y Jacob? Los límites de la tierra está en varios lugares en el Antiguo Testamento o Pacto. Leamos lo que dice el libro de Números 34:1-13, donde Dios da a Moisés una descripción muy detallada de la tierra que fue prometida y que ocuparían los israelitas. Ofrece las cuatro fronteras de la tierra, y aunque los nombres te puedan sonar a chino, es fácil seguirlos con un buen mapa de la región. 34 El Señor dijo a Moisés: 2 «Hazles saber a los israelitas que las fronteras de Canaán, la tierra que van a recibir en heredad, serán las siguientes: 3 »La frontera sur empezará en el desierto de Zin, en los límites con Edom. Por el este, la frontera sur estará donde termina el mar Muerto. 4 A partir de allí, la línea fronteriza avanzará hacia el sur, hacia la cuesta de los Escorpiones, cruzará Zin hasta alcanzar Cades Barnea, y llegará hasta Jazar Adar y Asmón. 5 De allí la frontera se volverá hacia el torrente de Egipto, para terminar en el mar Mediterráneo. 6 La frontera occidental del país será la costa del mar Mediterráneo. 7 Para la frontera norte, la línea fronteriza correrá desde el mar Mediterráneo hasta el monte Hor, 8 y desde el monte Hor hasta Lebó Jamat. De allí, esta línea seguirá hasta llegar a Zedad, 9 para continuar hasta Zifrón y terminar en Jazar Enán. Esta será la frontera norte del país. 10 Para la frontera oriental, la línea fronteriza correrá desde Jazar Enán hasta Sefán. 11 De Sefán bajará a Riblá, que está al este de Ayin; de allí descenderá al este, hasta encontrarse con la ribera del lago Quinéret, 12 y de allí la línea bajará por el río Jordán, hasta el mar Muerto. »Esas serán las cuatro fronteras del país».

Pues ahí está…Dios fue muy preciso en cuanto a los límites o fronteras de la tierra. Sin embargo, también Dios fue muy preciso cuando dijo a Su Pueblo escogido que tenían que obedecer Sus estatutos para permanecer en la tierra. Los israelitas a menudo desobedecieron, lo que resultó en tiempos temporales de exilio de su tierra. Pero Dios también dijo que les daba la tierra para siempre y lo podemos leer en diversos versículos en varios libros del Antiguo Testamento o Pacto. La promesa de Dios, por ejemplo en Deuteronomio 4 tiene un aspecto condicional y otro incondicional. Dios ofreció bendiciones dentro de la Tierra Prometida condicionalmente, relacionadas con la obediencia de los israelitas. Sin embargo, Dios también hizo un voto incondicional de que Israel tendría la Tierra Prometida "para siempre".

40 Guarda sus leyes y sus mandamientos que yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y para que prolongues los días sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da para siempre”.

¿Cuánto tiempo es "para siempre"? En el libro del Apocalipsis, vemos a Israel como foco central. En los últimos tiempos, Israel se enfrenta a muchas dificultades, pero esa tribulación concluye con el Mesías, Jesús, Yeshua, reinando desde su trono en Jerusalén, la capital de Israel. El libro concluye con un nuevo cielo, una nueva tierra y una nueva Jerusalén. La promesa de Deuteronomio 4:40 es una promesa de largo alcance, que se extiende hasta el final de la existencia de este mundo e incluso hasta el tiempo de la nueva tierra.

Sigamos aprendiendo la verdad. Shalom.

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